En el artículo de hoy, me gustaría haceros referencia a los celos entre hermanos. Muchos padres me han consultado sobre la forma de actuar cuando ha venido un hermanito, cuando están pensando en tener otro hij@ o incluso cuando el hijo pequeño tiene celos del hermano mayor, cosa más habitual de la que nos pensamos.

como gestionar los celos entre hermanos

Pues bien, en primer lugar tenemos que saber que los celos son una respuesta emocional del niño ante la creencia objetiva o subjetiva de pérdida de atención que se le ofrecía antes y que ahora tiene que ser compartida. Para ellos es un malestar emocional y produce un estado de frustación, por lo que no debemos de pasarla por alto.

Los celos entre hermanos pueden basarse en hechos objetivos, los llamamos celos reales, o en situaciones imaginadas o inventadas , los llamamos celos irreales, donde en este último caso tendremos que plantearnos acudir a un especialista para descartar que sea un trastorno clínico.

Los celos entre hermanos, llevan implícito en muchas ocasiones una distorsión cognitiva de la realidad, por lo que al influir en los sentimientos y en el futuro de la relación pueden producir una baja autoestima, miedos o conductas más desadaptativas en el niño que los padece.

Entre las posibles causas de los celos, podemos encontrar:

  • Las características del niño

Existen ciertas características del  niño que dotan de cierta susceptibilidad a la hora de padecer los celos como por ejemplo: sensibilidad, ser metódico, baja tolerancia a los cambios, no expresión de sus sentimientos.

  • La educación que le dan los padres

Por supuesto la aparición de los celos disminuirá enormemente, cuando los padres utilicen un estilo educativo potenciando la educación, de forma abierta y con igualdad de trato, sin hacer comparaciones y destacando lo mejor de cada uno en los momentos pertinentes.

  • El  ambiente 

Si los niños han sufrido algún tipo de carencia emocional durante su infancia, en el momento que la situación se “normalice” pueden demandar más atención y por tanto aparecer una conducta celosa.

Hay que destacar que tanto una conducta de los padres de excesiva atención ( darle todo lo que piden, no establecer límites a sus peticiones…) como una carencia de la misma, pueden provocar conductas celosas entre otro tipo de manifestaciones…

Por supuesto estas son unas orientaciones generales, cada niño es diferente y no tiene por qué desarrollar una conducta celosa aunque tenga estas características.

MANIFESTACIONES DEL NIÑO CELOSO

En general, podemos descubrir si nuestro hijo o hija está celoso, si observamos alguna de las siguientes manifestaciones:

  • Rabietas injustificadas.
  • Lloro frecuente manifestando no sentirse suficientemente atendido.
  • Aparición de conductas para llamar la atención de los padres, como hacerse pipi en la cama…
  • Usar un lenguaje más infantil, chuparse el dedo.
  • Alteraciones en la alimentación, en el sueño…
  • Actitud desafiante hacia los padres, compañeros..
  • Culpabilizar de sus errores al hermano objeto de celo.

¿Qué hacer ante esta situación?

  • Equilibrio: es muy importante equilibrar el trato entre los hermanos sin tener preferencias por ninguno
  • No comparar: al igual que a nosotros no nos gusta que en el trabajo nos comparen con los compañeros, nuestros hijos tampoco deben ser comparados, ya que cada uno lleva un nivel de desarrollo diferente y no es ni mejor ni peor.
  • Evitemos frases como “mira que bien lo hace tu hermano”, “Tu hermano a tu edad no lloraba”…
  • Favorecerle las conductas positivas.
  • No reaccionar ante rabietas derivadas de la conducta celosa, si lo que demanda es cariño, se lo daremos en cuanto haya alguna conducta positiva que elogiemos.
  • Potenciar la comunicación en familia, como actividades que supongan la intervención de toda la familia.
  • No recriminar las conductas celosas, ser pacientes ante su aparición y sobre todo intentar entenderla.
  • Si los celos son del mayor al pequeño, recordarle los privilegios de ser el mayor. Dotarle de alguna responsabilidad hacia el pequeño.
  • Un equilibrio en la relación familiar hará que los celos sean puntuales y por tanto desaparezcan sin mayor importancia.

 Espero vuestras experiencias, seguro que son útiles para el resto de padres/padres interesados en esta temática! Compartela 😉

 

Mar López Buades

Psicóloga Infantil